En el marco del proyecto Prodehesa Montado, hemos querido analizar el papel de la ganadería extensiva ante el cambio climático. Para ello hemos estudiado las emisiones reales de numerosas de dehesas de Badajoz, Cáceres, Córdoba, Sevilla y Toledo. Hemos entrevistado a sus responsables y hemos seguido la pista de los productos que de ella se obtienen con un propósito: medir con detalle sus emisiones de CO2.
¡Y hemos comprobado que la dehesa secuestra carbono! Así, de forma muy resumida podemos decir que ayudando a mantener la actividad productiva de la dehesa y consumiendo los productos que genera, contribuimos a enfriar el clima.
Porque cada chuletilla de cordero de dehesa, cada trocito de queso, cada lámina de jamón criado a la sombra de una encina… ayuda a fijar unos cuantos gramos de CO2 que se retira de la atmósfera.
En definitiva: ¡CONSUMIR DEHESA ES LUCHAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO!
Si deseas saber un poco más, no dejes de leer el folleto divulgativo “COMER DEHESA frente al cambio climático”
Pero si deseas saber mucho más, entonces te recomendamos que leas el informe completo “Huella de carbono y ciclo de vida de los productos de la dehesa«