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Desde el Centro Nacional de Recursos Genéticos Forestales “El Serranillo” (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) trabajan desde hace más de 10 años en la investigación del quercus, como especie más representativa de la dehesa, con el objetivo de desarrollar soluciones ante los enormes desafíos a los que se enfrenta este ecosistema.

Una de sus principales líneas de investigación está centrada en los injertos de diferentes especies (quecus ilex, quercus suber, quercus faginea, mestos,…) sobre patrones seleccionados. Tanto el origen de los injertos como los patrones, responden a la selección en campo de ejemplares caraterizados por su vigor, su producción y su tolerancia patógenos como la fitóftora. Los resultados actuales demuestra que la domesticación del quercus es posible, con ejemplares de dos años que producen bellotas de encina de alta calidad, con troncos de alcornoque que producirán corcho y raíces micorrizadas que, además de favorecer el crecimiento de las plantas, ofrecen setas, como interesante alternativa económica.

El pasado 11 de noviembre, Innogestiona Ambiental acudió a la presentación de este proyecto en la localidad de Saucedilla (Cáceres), donde Juan Luis Peñuelas, investigador en “El Serranillo”, expuso su trabajo para la domesticación del Quercus desde sus orígenes hasta los resultados actuales. En su exposición, Peñuelas destacó las características de la bellota como alimento para humanos, con propiedades antioxidantes, anticancerígenas, así como el potencial de la harina de bellota, sin gluten y de gran valor nutritivo.

Visita de campo

Para poder comprobar los resultados de su investigación, los asistentes al evento visitamos la parcela experimental que el Centro Nacional de Genética Forestal gestiona en la localidad de Saucedilla, gracias a un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento. En la parcela observamos las diferentes combinaciones de injertos: encina sobre alconoque, encina sobre Quercus faginea (quejigo), alcornoque sobre mesto,… Si bien los resultados son dispares, parece que la combinación más adecuada para mejorar la sostenibilidad económica y ambiental en la dehesa podría ser la de encina seleccionada sobre patrón de alcornoque. Con plantas a priori tolerantes a patógenos como fitóftora, de crecimiento más rápido y vigoroso y una producción garantizada a partir de los 2 – 3 años, gracias a que el origen de esos injertos son árboles adultos seleccionados.

Nuevos modelos de negocio

Ante el potencial de estas Quercus domesticadas, se abren interesantes oportunidades de negocio, que van desde la densificación de dehesas con plantas más tolerantes a las actuales enfermedades, hasta la producción intensiva de Quercus en zonas de regadío, como cultivo alternativo, destinado tanto a consumo humano como para complemento para las montaneras. El corcho y los hongos completan esta propuesta multi-cultivo (multicropping) que podría suponer una interesante oportunidad para los entornos rurales y para el futuro de la dehesa.

Desde Innogestiona Ambiental entendemos esta oportunidad como uno opción interesante para la densificación de las dehesas, así como para garantizar el alto valor añadido de productos derivados del cerdo ibérico de bellota en el futuro, así mismo, esta opción puede contribuir a la adaptación de este ecosistema al cambio climático, gracias al crecimiento más acelerado de estas plantas así como su capacidad para tolerar amenazas como la seca. En relación con la opción de producción más intensiva, es importante contar con un adecuado estudio de impacto ambiental que garantice el adecuado del agua.

La comercialización de estas plantas, así como la consultoría técnica para la implantación de cultivos se está desarrollando actualmente por parte de Meristec.

Más información – AGRODIARIO

Foto de portada: Sietemandarinas, wikimedia, Cerdo en montanera de Guillén, Finca el Tagarráis (18 nov. 2014).