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¡ScrubsNet arranca!

El proyecto LIFE ScrubsNet se centrará en la regeneración y mejora de las dehesas -y sus especies silvestres asociadas-, mediante la gestión adecuada de las zonas de matorral/arbustos, como elemento esencial para la conservación del conjunto del ecosistema. Dicho proyecto esta está co-financiado por la Unión Europea a través del programa LIFE LIFE20 NAT/ES/000978.

El proyecto propone el desarrollo experimental de un modelo de gestión del mosaico de matorrales para promover la sostenibilidad ambiental y económica del hábitat, ofreciendo a los propietarios una alternativa de gestión diferenciada donde el capital natural es el núcleo del sistema.

El objetivo final es conciliar las políticas agrarias y de conservación de estos hábitats de forma que la obtención de rentabilidad económica sea compatible con la pervivencia a largo plazo.

Colaboración entre entidades comprometidas

El proyecto LIFE ScrubsNet está integrado por un total de 11 entidades de España, Italia y Portugal que o trabajan directamente en la gestión sostenible y la puesta en valor de diferentes ecosistemas en el sur de Europa. Innogestiona Ambiental es la organización que coordinará este proyecto que se inicia en diciembre de 2021 y que tendrá una duración de 5 años.

Socios de España

  • Innogestiona Ambiental, socio coordinador.
  • Extremadura Verde
  • Direccion General de Sostenibilidad, Junta de Extremadura
  • Institutlo de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla, Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Cientificas
  • Ayuntamiento de Plasencia
  • Sociedad Española de Ornitología
  • Grupo Ecohábitat Ibérico
  • Universidad de Córdoba
  • Universidad de Extremadura

Socio de Italia

  • Agris Sardegna

Socio de Portugal

  • Universidad de Évora

¿Por qué ScrubsNet?

Gran parte de la biodiversidad europea está estrechamente vinculada a las prácticas agrícolas tradicionales y extensivas. Los ecosistemas agrícolas representan el 38% de la superficie total de la red Natura 2000, y la mayor parte ha sido ha sido moldeada por sistemas de agricultura extensiva.

Un muy buen ejemplo de este tipo de hábitat son las Dehesas/Montados (hábitats 6310, 9330, 9430), característicos de la Península Ibérica (unos tres millones de hectáreas en España y Portugal), pero también presente en Italia. Su estado de conservación ha sido diagnosticado repetidamente como desfavorable, debido principalmente a los efectos de la intensificación ganadera que se manifiesta en sus bosques envejecidos.

Numerosas especies de plantas, vertebrados e invertebrados están vinculados a este hábitat, uno de los más extensos de los actualmente declarados. Los sistemas de Dehesa/Montado forman parte de propiedades privadas o públicas donde la gestión agroforestal y ganadera son necesarias para el mantenimiento de los hábitats y la biodiversidad asociada. Sin embargo, la viabilidad económica de este sistema agrario de alto valor natural está en entredicho, en gran parte debido a su baja productividad, lo que favorece la intensificación o el abandono de las tierras.

La inadecuada gestión ganadera (semi-intensiva) de las últimas décadas conduce a la simplificación del mosaico paisajístico, al reducirse drásticamente la superficie tradicionalmente ocupada por manchas de matorral y arbustos. Esta tendencia se ve acentuada por el hecho de que la superficie de matorral, incluida la ocupada por la regeneración natural del bosque, garante de la persistencia del sistema a largo plazo, no se considera susceptible de recibir ayudas de la PAC.

Estas prácticas de gestión más intensiva tienen profundas consecuencias sobre los procesos ecológicos, que garantizan la persistencia del hábitat a largo plazo, se impide la regeneración de los árboles y se agota la función del suelo. Además, hoy en día existen factores adicionales que comprometen la supervivencia de los bosques, como la diseminación de patógenos exóticos, el aumento de la sequía, etc.

El conjunto de estas amenazas supone un reto para la gestión de estos sistemas que podría tener dramáticas consecuencias sociales, económicas, paisajísticas y consecuencias sociales, económicas, paisajísticas y de biodiversidad.

Matorral y arbustos, claves para la salud de los ecosistemas

Uno de los elementos clave para la conservación y buena salud de las dehesas son los matorrales. Sin embargo, estos elementos han sido denostados en la gestión de estos sistemas durante mucho tiempo, lo que se traduce en una simplificación del hábitat, la aparición de enfermedades y plagas y la consiguiente pérdida de biodiversidad.

Las dehesas son ecosistemas de gran valor ecológico que albergan una gran variedad de especies animales. Proporcionan hábitats a una destacada biodiversidad, como el lince ibérico, en peligro de extinción, el águila imperial española y muchas otras especies notables. La diversidad estructural de los matorrales desempeña un importante papel en la diversificación del paisaje y en la creación de hábitats para muchas especies que dependen de los matorrales para reproducirse, alimentarse, protegerse del sol e hibernar.

Los matorrales proporcionan refugio a una serie de vertebrados y oportunidades de anidación para las aves. Pueden proporcionar puntos de sombra para los reptiles, así como importantes lugares de hibernación tanto para los anfibios como para los reptiles. Otras funciones cruciales del ecosistema se ven favorecidas por la capa de matorral, como la contribución a la estabilidad y función del suelo o el control de plagas y enfermedades, entre otros beneficios socioeconómicos y medioambientales.

La diversidad de especies de matorrales es uno de los principales factores que constituyen una reserva de forraje para el ganado en los años menos favorables. Además, la diversidad de matorrales es uno de los principales factores que determinan la estructura y la composición de los microorganismos del suelo, que afecta directamente a la salud de las plantas.

ScrubsNet, un proyecto específico para el matorral

Este proyecto trabajará para una mayor presencia de especies arbustivas en las dehesas, con el objetivo de favorecer la protección del hábitat y sus especies, además de influir directamente en la captura de CO2, entendiendo que las manchas de matorral son clave para la funcionalidad ecológica de estos sistemas y por ello deben formar parte de un modelo sostenible de gestión del hábitat.

 

 

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