La trashumancia es un fenómeno con valor representativo e identitario con manifestaciones en el patrimonio cultural inmaterial en gran parte de la geografía española. Pero es además un patrimonio vivo que, todavía hoy, implica a multitud de ganaderías a lo largo de los diversos territorios del Estado, especialmente a través de recorridos de corta y media distancia (trasterminancia), pero también de larga distancia, conectando los principales puertos y extremos. Según datos de la asociación Trashumancia y Naturaleza, entre 1993 y 2022 se movilizaron 448 ganaderías y 536.000 cabezas de ganado que recorrieron 140.080 km de vías pecuarias en trashumancias de largo recorrido, dispersando 201 millones de semillas durante estas trashumancias. El carácter vivo de la trashumancia es una oportunidad para cumplir con el objetivo de lograr la protección, salvaguarda y valorización del patrimonio cultural inmaterial vinculado a esta práctica inmemorial. Pero supone también un desafío metodológico para llevar a cabo cualquier iniciativa que implique el reconocimiento y registro de los conocimientos, saberes y actividades relacionados con la cultura pastoril y trashumante, dado su carácter dinámico y todavía cambiante.

El proceso de identificación, registro e inventario del patrimonio cultural inmaterial vinculado a la trashumancia requiere la aplicación de una metodología participativa capaz de alcanzar una parte representativa de las comunidades y grupos sociales involucrados en su salvaguarda y continuidad. Se trata de un colectivo muy diverso de actores que implica no sólo a la actividad ganadera y trashumante (ganaderos, pastores y sus familias), sino a toda una amplia red social de la que participan grupos de interés social, político, administrativo, productivo, ambiental o cultural.

La trashumancia es esencial para los corredores ecológicos y los ecosistemas del sur y norte de la península ibérica, y vital para las 10,000 familias que dependen de ella. La adaptación al cambio climático, la fijación de población en entornos rurales, la diversificación de la economía o la gestión sostenible de los recursos naturales son algunos de los elementos que definen a la trashumancia; una actividad declarada «Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial» en España desde 2017, y aprobada por la UNESCO en 2023 para su inclusión en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a través del Ministerio de Cultura de España, como símbolo de una forma de vida que se expresa a través de una relación sostenible entre el ser humano y la naturaleza.

El plan de salvaguarda constituirá una herramienta para la gestión, salvaguarda, difusión y puesta en valor de la Trashumancia, declarada por Real Decreto 385/2017, de 8 de abril, como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial